lunes, 6 de diciembre de 2010

Un buen día raro.

Hoy fue un día raro. Estamos a mitad del puente de la Constitución y he ido a trabajar.
Si hasta hace poco el que yo fuera a trabajar ya de por si era extraño, hacerlo en medio de un puente es tan raro como que Cristiano Ronaldo salga a la calle sin la pedicura hecha.

Salí de casa pronto, medio dormido como siempre y sin acordarme que era festivo, no había coches ni gente por la calle pero no me importó porque yo estaba sumergido en ese sueño que vas en cama sobrevolando la carretera con una sonrisa en la cara y con un gorro de dormir con pompón (¿porqué?). Puede que atropellara a alguien de camino, alomejor esos pequeños duendes saltando y montando una fiesta de colores rojos por encima de las sábanas no eran lo que parecían...pero a quien le importa.

Aparqué la cama y subí a trabajar. Todo parecía raro, una sensación de que el edificio no quería que estuviera allí me invadía. Como cuando ibas por las clases en vacaciones y estaba todo vacío, parece que aún puedes escuchar el ruido y las voces que acostumbra a haber por allí.
Supongo que los edificios tambien tendrán que descansar de nosotros de vez en cuando.

Era un día extraño y hasta la máquina de café lo sabía. Ni ella tenía ganas de estar allí. Pero como buena máquina compañera, intentó hacerme sentir bien, como si aquel fuera un día más.



"Bebida seleccionada un buen día", no me creí que lo fuera, cogí el café que la máquina me había preparado con más cariño que nunca y sabía a cianuro como siempre. Esto me recordó mi odio hacia esa máquina y ese mensaje, no es necesario que me digas que tenga "un buen día", eres una máquina!! Esto sólo hace que despues de probar la "bebida" siempre me sienta humillado, pero al día sigiuente vuelvo a caer presa de sus amables y azulados deseos.

Por lo menos algo no había cambiado, por un momento me hizo pensar que alomejor el día no era tan malo como parecía. No hubo cola en el comedor, en la hora de descanso, ni en la propia máquina de café, unos duendes me acompañaron en el camino al trabajo y arañé más minutos en cama que nunca. Pero hay veces que aunque las cosas sean mejores de lo habitual tu no estás para aprovecharlo, solamente quieres que sea un día más y si no es así se convertirá en un día raro.